9 jul 2013

Cultura | Artes Visuales | La figura de taller de Grabado

Cultura | Artes Visuales | La figura de taller de Grabado
Por Ramón González Valle
22 de junio de 2012


Junto con las nuevas formas de aprender no es necesaria una licenciatura para ejercer y estar bien informado. Desde un principio hay artistas que se forman a sí mismos sin necesidad de la educación “formal”. Curar contenido de una manera intuitiva es una forma de auto-aprendizaje. Destilar el contenido genera valor por sí mismo. Es decir, si se tiene una idea clara de lo que se quiere hacer es más fácil llegar al conocimiento deseado. A diferencia de las universidades, los talleres ofrecen un conocimiento especializado y aplicado, además quienes asisten a dichos talleres van con una perspectiva madura. El asistir a un taller de grabado implica aprender de manera efectiva como ser un grabador. No desdeño la educación Universitaria la cual sirve como medio de la validación de conocimientos y es básica en la formación muchos artistas.


Pero ¿Qué es un taller de grabado? La respuesta es engañosamente simple, es un taller donde se hace grabado. Pero no solo se hacen grabados, también es un lugar abierto a todo el interesado en aprender, es un lugar de intercambio de ideas y técnicas. Dentro de la tradición de la gráfica en México el taller de grabado es un lugar donde hay una postura socio-política. También es un lugar que da la noción de pertenencia e identidad.


Existe la idea que para tener un taller de grabado es necesario un tórculo, lo cual es falso. Para qué un taller sea considerado como tal hay ciertas características que debe cumplir, la principal es que sea un lugar donde se conciba obra gráfica. Hay técnicas de grabado en las cuales el tórculo no es necesario: Mokurito, collagraph, grabado alternativo, etcétera. El Tórculo es una máquina que sirve para imprimir técnicas de grabado en específico: Xilografía a fibra, xilografía a contrafibra, linoleografía por superposición, ensamblaje, placa perdida, camafeo, buril, punta seca, manera negra, manera de lápiz, aguafuerte, aguatinta por reservas, aguatinta al azúcar, barniz blando, grabado a la sal, grabado al azufre, grabado al lápiz graso, lavis, mordidas profundas, gofrado, collagraph, carborúndum, transferencia de imagen electrográfica, fotograbado, etcétera. El tener tórculo no significa tener un taller de grabado, significa tener una máquina.


Dentro de nuestra realidad en Yucatán, hay talleres escolares de grabado que pertenecen a la UADY y a la ESAY, que cierran al terminar el semestre y abren al inicio del siguiente, son ocupados en la mayoría de los casos para uso escolar y para cumplir con ejercicios de aprendizaje, lo cual es parte del proceso formativo, pero no significa un interés real de los asistentes; salvo algunas excepciones, el resto solo va a cumplir con una asignatura, quitando tiempo y espacio a los verdaderamente interesados. Después hay talleres de uso particular propiedad de algunos artistas, que ocupan cuando ellos lo consideran pertinente.
En los talleres de grabado hay varias figuras:
  • Maestro grabador, el cual es el responsable del taller y de lo que ahí se hace, el que enseña el conjunto de técnicas y ayuda a los que asisten a lograr su propio lenguaje gráfico.
  • Maestro impresor, el cual posee un oficio altamente especializado, un nivel técnico elevado. Dicha figura existe desde el siglo XVI hasta nuestros días; el cual está al servicio de artistas, ilustradores y dibujantes para la impresión y reproducción de su obra.
  • Aprendices, actualmente pueden ser estudiantes de artes visuales principalmente, esta figura ya no es tan rígida, hoy en día es sumamente flexible, puesto que permite al aprendiz escoger el conocimiento que vaya ocupar para sus fines prácticos.


Durante el siglo XVI y hasta principios del siglo XIX el grabado era considerado un “arte menor” o un oficio artesanal. Fue hasta el siglo XIX que se consideró una disciplina artística con valor propio.


El grabado en México es parte de la identidad nacional, por una falla en el sistema educativo la gente no es consciente de ello. El grabado es parte importante de los cambios históricos en México. Es imposible concebir la Revolución Mexicana sin los grabados de Posada, o el movimiento del 68 sin el grabado que se generó en ese momento.
Hoy en día y en algunos casos que abordan asuntos socio-políticos, la estética del grabado emula la solución gráfica utilizada a principios del siglo XX en México. El grabado expande el conocimiento, permite la experimentación y acepta temas de toda índole.


El grabado es muy noble, da disciplina por los procesos que se realizan, por su carácter manual no permite farsantes; para hacer un grabado es necesario saber la técnica no sólo para elaborar la matriz de impresión, sino también para imprimirla. Por la cualidad de hacer originales múltiples, cada impresión es un original con diferencias sutiles entre cada una de ellas. Por este carácter de reproducible es accesible a casi todos los bolsillos y podría ayudar a crear un mercado de arte en Yucatán.



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