20 ene 2014

Ejercicio # C-2 Int-multiple, “Espejo un cadáver exquisito”

Curadores | Curators
Ramón González Valle | Guillermo S. Quintana "Zanto Varón"

22 de diciembre de 2012
Galería 904 Mérida | Calle 57 # 514 B entre 62 y 64. Col. Centro.
Registro fotográfico por Guillermo S. Quintana "Zanto Varón"

Texto de Sala:
La rebelión del pensar apocalíptico se revela ante nuestros ojos, un ejemplo son aquellos que en verdad desean que pase (algo, cualquier cosa) y los escépticos (esperando no equivocarse).
Un cadáver puede ser cualquier cosa, el mismo diccionario lo dice [cadáver (Del lat. cadāver). 1. m. Cuerpo muerto] por ende si lo pensamos de una manera distinta nuestra sociedad es un cadáver evidente. Todos somos partícipes de esta gran caja en la que nos hemos inmerso y evaporado nuestros deseos o puede que me equivoque y utilice una palabra más adecuada para el punto, sin una “perspectiva”; pensamiento humano o solo un espejo de lo que ve reflejado de la manipulación de los sistemas, han querido que tu atención esté puesta en eufemismos para utilizarte como la fuente de trabajo de su poder. Generación tras generación ese eje central ha ido creciendo y creciendo y tomando de nuestras vidas lo que crea necesario para llevar acabo su cometido. En cada lugar donde existimos, hay alguien que se siente dueño de otro ser humano, desde los puntos más remotos y escondidos de esta gran esfera que ocupamos como hogar.
¿Una revelación apocalíptica es necesaria? Me pregunto esto de la manera más simple que nace de mi ser, esa necesidad irónica de tratar de entendernos en lugar de disfrutarnos. Lo interesante del planteamiento apocalíptico es nuevamente una justificación del ser humano para evadir la responsabilidad única de ser. Me gustaría citar a Heidegger en Cartas sobre el Humanismo … Ahora bien, lo que ante todo (es) es el ser. El pensar lleva acabo la relación del ser con la escénica del hombre. No hace ni produce esta relación. El pensar se limita a ofrecérsela al ser como aquello que él mismo la ha sido dado por el ser… y al parecer somos un reflejo de lo que como sociedad mayoritaria hemos encallado. Puesto que todas las sociedades son sociedades conquistadas (física, moral y espiritualmente) son post-apocalípticas, se les destruyó y destruye su mundo, todo conocimiento se desecha y se les impone uno “nuevo”, mezclado con el anterior. Quedaron cadáveres y supervivientes. Del cadáver, enseñándonos el poder ejercido de unos cuantos, a los que nosotros mismos llamamos poderosos, siempre pasarán por encima de nosotros. La narrativa ha cambiado al pasar de los años, pero el discurso funciona de la misma manera. Observo como la esperanza de un nuevo mañana se avecina en muchas voces, incluidas desde la científica, la religiosa y el pensar popular, sin embargo el temor de que pueda pasar nubla lo real que les está sucediendo. Es una esperanza baja de no sufrir hambre, no tener dónde dormir, qué comer o con qué vestirse. El temor de verse indefensos tanto mental como práctico paraliza cualquier voz que experimenta esto por primera vez.
Ese dicho común que dice que aquellos que olvidan su propia historia están condenados a repetirla ha secuestrado el pensamiento de unos cuantos, se aprovechan de nuestra capacidad de asombro y bajo tinieblas no permiten que divisemos algo real, nuestras historias nunca son pasado, sino que están siempre por venir; entonces ¿Dónde nace este ejercicio en búsqueda de un cadáver exquisito, que sea la historia que esperamos venir, ese cadáver que saldrá en procesión por las calles y tapizará de manera repetitiva la historia que estamos contando nosotros?
Ramón González Valle - Guillermo S. Quintana "Zanto Varón"




























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